jueves, 3 de diciembre de 2009

La risa/The limits Part I

Siendo yo una mujer que considero con muchísimo sentido del humor, he decidido matizar sobre aquello que no me hace gracia, bien por considerarlo de mal gusto o bien por otros motivos. Veamos algunos ejemplos.
Soy una mujer feminista, defiendo la igualdad entre hombre y mujeres (nótes que he puesto antes al género opuesto sin intención alguna) y no me gustan las frases malsonantes que puedan afectar a la dignidad de las personas. Pero de ninguna de ellas. Odio cuando alguien dice "los tios piensan con la polla" de la misma manera que los que dicen "todas las tias son unas calientapollas". En ambos casos se habla desde un despecho y odio hacia el género opuesto que no defiendo en absoluto. Solución: Evitemos pues, las generalizaciones.

Por otra parte, no discrepo con aquellos que, inmersos (ambos géneros, imaginemos que sea una pareja heterosexual o gay) en una broma sobre algo puntutal, digan frases como "tú calla y sigue chupando" o "ahora mismo tela metía hasta las orejas".
Aunque no me guste autodenomianrme de ningun modo, me consiero una persona progresista, por lo tanto, estoy en contra de la homofobia. Considero homofóbico aquello que ofende la dignidad y la integridad de una persona a la que le gusten personas de su mismo sexo. De hecho, lo que me ofende realmente es el tipo de persona que cree estar en lo cierto cuando afirma que estas personas sufren una enfermedad. O las que creen que, por el echo de consumar con gente con su mismo sexo son más promiscuos. Etc. Tampoco comprendo los que usan el término maricón para ofender a nadie. Hoy, un chico de mi clase lo ha hecho, y con un tono totalmente despectivo, aunque no creo que haya querido ofender a los gays, simplemente creo que debería dejar de usarse como insulto, porque si los que lo dicen que no creen que se hace por ofender, entonces, ¿porqué lo usan como arma para insultar? No lo entiendo.

Los que me conozcais bien sabeis, por otra parte, (sobra decir el topicazo de "tengo amios gays o lesbianas") que puedo llamar maricón a un gay en alguna ocasión. Pero no como insulto a un chico que considero poco macho (a lo que erefería antes), sino como una manera cariñosa/bromista a un gay que, exhibe tanto su amaneramiento que ni él mismo podría considerarlo ofensivo porque estoy segura que se autodenominaría así mismo maricón.


Imagen: La sonrisa de Marcos reflejada en mis Ray-Ban

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